Héctor Fernández García

Soy Héctor Fernández García, Doctor en Acupuntura y Nutrición por la Universidad de Pekín, Naturópata Experto en Nutrición Cetogénica y Emprendedor. El hilo conductor de mi vida siempre ha sido el Hambre y el Sobrepeso, por lo que toda mi vida ha girado en torno al comer y el no comer.

Mi inestabilidad de peso me impulsó a entrar en una búsqueda obsesiva-compulsiva de una dieta efectiva para mi. Hizo que probara de todo, encontrando éxitos y los fracasos, pudiendo ver cómo engordaba y adelgazaba de forma efectiva y elaborando un meticuloso plan con todas las herramientas que sirven y que no sirven para adelgazar y perder grasa.

¿Cómo comenzó mi historia?

Desde muy pequeño, toda mi familia y mi entorno cercano me ha etiquetado como el niño «rellenito» y de «buen comer», por lo que acepté este juicio que me ha estado acompañando desde que tengo uso de razón. Recuerdo todavía las infinitas revisiones con mi endocrina, la que me ponía a dieta sin obtener apenas resultados, y no sabía hacer otra cosa que amenazarme con ingresarme en el hospital y privarme de comida por una larga temporada. En innumerables ocasiones me he enfrentado a dietas hipocalóricas, de diferentes formas pero siempre basándose en el mismo patrón, la reducción de calorías. Yo lo odiaba porque era un sobreesfuerzo humano que me hacía pasar mucho hambre, me dejaba seco de energía y al cabo de 3 mes de seguir la dieta (mi máximo récord), lo dejaba y volvía a recuperar más kilos de los que tenía inicialmente. Las relaciones sociales se hacían exasperantes al llegar a mi adolescencia y pubertad, ya que nadie quería salir de fiesta con el «gordo» y ni mucho menos tener una relación. Hasta que a la edad de 18 años se me «hincharon las pelotas» y dije ¡BASTA! Me puse a una dieta y una rutina de ejercicio físico por mi cuenta que me hizo bajar de los 120 kilos a los 80 kilos. Aquí fue donde empezó mi gran búsqueda, ya que empecé a preocuparme por mi salud.

Así continua mi historia

Comencé una carrera enfocada en el deporte a mis 19 años que me evitara volver a caer en el sobrepeso. Por lo menos, el exceso de actividad física compensaba mi hambre insaciable. Y fue por ese momento cuando empecé a estudiar masaje, Medicina China y Naturopatía, estudios que me enseñaron la importancia de la calidad de los alimentos y miles de formas de hacer dieta. Ninguna de ellas me calmó el hambre y esto produjo que inevitablemente volviera a caer en el sobrepeso, a pesar de ser vegetariano, crudivegano, hacer ayunos, limpiezas hepáticas y tomar toneladas de suplementos nutricionales. 

Esta vida «sana» y llena de incertidumbre por experimentar cambios en mi cuerpo y en mi humor cada 3 meses se calmó por primera vez cuando descubrí la dieta cetogénica, en noviembre del 2019. Volví a mis 85 kilos originales, me desapareció el hambre durante un buen tiempo del día y mi masa muscular aumentaba. El problema es que lo combinaba con el famoso ayuno intermitente y cada vez que llegaba al mediodía (mi única comida del día) devoraba lo que estuviera en el plato. Normalmente, grandes cantidades de grasa y proteínas, la mayoría no muy saludables.

En marzo de 2021, cuando parecía que todo lo tenía bajo control, nace mi hijo y todas las rutinas de sueño y ejercicio se vieron afectadas a pesar de estar de baja por paternidad. Comer a altas horas de la noche, el vino para relajar y otras incorporaciones a la dieta un tanto flexibles, hicieron que volviera a la friolera de 104 kilos. Hasta hace relativamente poco, donde descubrí el secreto para mantener a raya el hambre, perder grandes cantidades de grasa sin mucho esfuerzo, mantener la masa muscular y aumentar mi capacidad cognitiva al máximo para rendir más en mi trabajo y mis proyectos.

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